En LLUVIA DE PALABRAS, una narradora anónima está leyendo un manuscrito sentada en el escritorio del apartamento de un amigo. Alrededor de este personaje indefinido hay una fiesta de cumpleaños en la habitación de al lado, un vaso de zumo de piña y pomelo, las hojas sueltas del manuscrito y las cambiantes condiciones climáticas. Las páginas del manuscrito caen al suelo. El clima se vuelve brumoso y frío. Platos repiquetean en la cocina cercana. Se entrega un paquete. Parece como si fuera a llover. A medida que cada una de estas distracciones se sucede compitiendo entre ellas como en una variación musical, la lectora se opone o fluye con ellas mientras lee. Sentada en el escritorio, a veces hojea las páginas soñando despierta o coge el ritmo y lee en bloques de palabras mientras el texto se completa él mismo con los ruidos circundantes, las conversaciones y la gente que entra en el apartamento. La lluvia en la ventana acentúa las palabras mientras su atención se desvía hacia el clima, un plato que se rompe en la cocina empequeñece el impacto de un momento dramático en el manuscrito. Al recrear el imaginativo arte de la lectura, Madeline Gins ha escrito un libro inusual, que recordará en muchos momentos LA MARIÉE MISE À NU PAR SES CÉLIBATAIRES MÊME de Marcel Duchamp y deleitará a quienes tengan interés en la ficción contemporánea.
Libro de artista de 1969
Dibujos de Arakawa.
Tipografía y diseño originales de Samuel N. Antupit.
Traductores:
Ignacio Caballero
Tamaño cerrado: 206 mm (alto) x 159 mm (ancho)
136 páginas
Imprint [#]
ISBN 978-84-126633-2-7
PVP: 30 €
MADELINE GINS
LLUVIA DE PALABRAS (o una introducción discursiva a las íntimas investigaciones filosóficas de G,R,E,T,A, G,A,R,B,O, dice)
«Al irme de este párrafo, todas las palabras que aún no han recibido reconocimiento alguno (mediante subrayado, sentencia o reiteración) y que siguen caen ahora sobre mí. Te digo que estás sentenciado a verlas moverse como las gotas de lluvia en una hoja de vidrio».
No más palabras, palabras, palabras [extracto]
Tanto para Hanne Darboven como para Madeline Gins, una especie de matemática personal se convirtió en un método para leer y escribir su arte
LUCY IVES
Canadian Art Winter 2020 issue, “Antimatter.”
Artículo completo en inglés: https://canadianart.ca/features/lucy-ives-no-more-words-words-words/
Reproducido con permiso de la autora
Traducción de Susana Romanos
[…] escribir no como expresión sino como confrontación con un esquema o red limitada, ese lugar (cf. Mallarmé) del naufragio del escritor.
¿Por qué […] [Gins] determinó que un estilo de cuantificación era un componente necesario de su poética?
Quizás ella […] entiende el espacio de la página no solo como una oportunidad para establecer un significado semántico, sino también como un lugar para sumergirse en una experiencia de mediación. Cuando, en 1969, Gins publica su novela experimental y libro de artista, LLUVIA DE PALABRAS (o una introducción discursiva a las íntimas investigaciones filosóficas de G,R,E,T,A, G,A,R,B,O, dice), esta contiene una historia sobre la mediación, quizás del tipo que la propia Gins experimentó durante el transcurso de la composición de la novela.
El lector o la lectora de LLUVIA DE PALABRAS, a la vez personaje de la novela de Gins y a la vez alguien independiente de la prosa, encuentra numerosas estrategias textuales en juego: citas y apropiaciones de material de otros libros, así como un relato detallado de los momentos, a la vez eufóricos y angustiosos, de la fenomenología del leer. La lectura (ficticia) de la narradora tiene resultados peculiares, efectos especiales, podría decirse. A veces, parece encontrar una versión de sí misma en el texto, a quien intenta instruir o saludar desde la distancia; estos momentos parecen elegíacos, lo que sugiere que la lectura puede ser un acto de reconciliación con —o pérdida de— el «yo». En otras ocasiones, los efectos que siente el protagonista-lector o la protagonista-lectora son directamente físicos, sinestésicos, como en un pasaje en el que, en lugar de funcionar para transmitir un sentido semántico, las palabras se osifican: «La cara de las palabras era una piedra. La suposición de las palabras era pedernal. Las palabras a, la, en, por, más y lo eran guijarros. La palabra carcajada era mármol». […] En cualquier caso, […] la lectura es alquímica y transportadora.
LLUVIA DE PALABRAS también hace uso de una forma excéntrica de notación matemática, una matemática imaginaria (lo que Gins llama «geometría aceitada, álgebra de linimentos y crema de matemáticas»), para cuantificar el texto. Las matemáticas de Gins están diseñadas para tener en cuenta la cantidad de palabras y letras utilizadas en una página; permiten un método alternativo para representar una página de escritura, es decir, por medios distintos a la paráfrasis semántica y, por lo tanto, parecen estar relacionadas con la visión de Gins de que la escritura y la lectura tienen cualidades materiales cuantificables. Gins resume algebraicamente, de modo que las oraciones se pueden comprimir en variables y organizar en fórmulas («A = 13P + S1», donde «A = la primera frase», «P = palabra» y «S = significado») que explican las relaciones entre los significados y la energía gastada en el proceso de lectura de un párrafo o página. En esta matemática, un pasaje determinado vuelve a aparecer, por segunda vez, y de manera diferente. Los acontecimientos semánticamente representados se pierden, pero los acontecimientos de las palabras mismas y el acontecimiento del significado semántico se vuelven más prominentes mediante la generalización matemática.
[…] Gins describe una experiencia de «absorber el interior» de las letras y las palabras donde el «yo» es una especia de lectura membranosa que se vuelve permeable. La elección de no diferenciar entre la personalidad y las actividades de escribir […] o leer […] quizás nos parezca más familiar hoy, dado nuestro movimiento hacia una sociedad cada vez más escritural. Sin embargo, ir más allá de las «palabras, palabras, palabras» hacia espacios y estados de mediación extrema no se produce sin pérdidas, y es difícil cuantificar exactamente qué se pierde aquí. Si intento, en cambio, cualificar esta pérdida, podría sugerir, necesariamente entrando en especulaciones, que tiene que ver con el momento histórico en el que […] Gins estaba adquiriendo conciencia y madurez temprana como artista […]. El lenguaje, aunque distinto de la información en algunos contextos, a menudo se trata como datos o se transforma en ellos […] A veces pienso que una de las principales tendencias del conceptualismo, como movimiento artístico amplio, es ayudar a las personas a enfrentar la transformación cibernética de la vida diaria del periodo de posguerra, en la que una palabra ya no es palabra sino un dato; en el que los movimientos son datos; en el que las personas, los lugares y las cosas se han convertido en información. […] Gins, paradójicamente, utilizó sus matemáticas como una especie de antídoto, transformando la información nuevamente en cosas.