top of page

Invitamos a Tango Berlín —antología póstuma de Kurt Bartsch, poeta y dramaturgo de la antigua RDA—, lenguaje viviente y versos ricos en imágenes que construyen en el camino poemas profundamente precisos.


«Será mi coche fúnebre el camión de la mudanza.

Cuando me recojan saltaré por la ventana.»

«Le invitamos a un baile en el volcán.»


Tango Berlín

KURT BARTSCH

Tango Berlín

Traducción y prólogo de Federico Ocaña  //  [c] 2020  //  ISBN 978-84-121975-0-1  //  164 páginas  //  15,00 €

La mirada plebeya de quien baila un tango


Tango Berlín es el legado literario de Kurt Bartsch, la antología que dejó  preparada, meses antes de fallecer en 2010, este inclasificable autor germano-oriental. Bartsch trató de reconciliar el realismo y el expresionismo, defendió hasta el final la utopía socialista, criticó con desesperanza el rumbo de las dos Alemanias, parodió a sus escritores y, en definitiva, demostró la fuerza de la literatura al provocar la incomodidad de las élites políticas y culturales de su tiempo, hasta el punto de tener que huir de la República Democrática. En el «supermercado» literario de occidente su obra fue cayendo en el olvido, salvo para un pequeño grupo de incondicionales.


Podemos ofrecer varias razones para leer esta antología. La principal razón para acercarse a Tango Berlín es de índole literaria: el lector tiene ante sí un repertorio de voces, temas y técnicas que van de lo íntimo a lo social, de lo literario a lo histórico, del poema breve, casi como una composición oriental, al soneto o la elegía. Descubrimos a un escritor polifacético, con un afinado sentido del ritmo y en el que todos los niveles comunicativos son relevantes. Descubrimos al Bartsch poeta y dramaturgo, su diálogo con obras clásicas y contemporáneas, su transformación en bufón shakespeariano, en Brecht y Döblin, en Grosz y Kafka. Bartsch observa con «mirada plebeya» los pequeños rituales de enterradores, soldados, niños, literatos y políticos, y los retrata de forma a la vez tierna y crítica, haciéndonos esbozar, según el caso, una sonrisa de medio lado o una carcajada.


Podemos leer esta obra —es una segunda razón de peso para hacerlo— porque nos ayuda a comprender un contexto que desconocemos casi por completo: la Alemania dividida, que es testigo de la construcción y consolidación del Muro de Berlín. En la sociedad de la RDA, que se debate entre los ideales de progreso y la desoladora realidad de la dictadura, los poemas de Bartsch desafían el statu quo armados de ironía, dobles sentidos y una conciencia dialéctica basada en la comparación histórica y el conocimiento del canon literario y de su generación.


Por último, una razón puramente estética para leer este Tango Berlín: disfrutar sin más de la poesía, dejarse llevar, como quien baila un tango, por un libro que abarca una vida dedicada a la creación.


Esperamos que esta edición sirva para que los lectores en castellano se asomen a una escritura valiente y juguetona y se atrevan a indagar, con ayuda de la introducción, en la intrahistoria de cada poema, es decir, lo que el poema muestra, pero no dice. Solo su lectura, valiente también en estos «tiempos pacíficos», como diría el propio Bartsch, o en estos «malos tiempos para la lírica», como diría su maestro Brecht, solo esta lectura, decimos, contribuirá a restaurar parte de la deuda que tenemos con aquellos autores que antepusieron la calidad literaria a la imposición del canon o al bestseller, la honestidad a su propia seguridad.

—Federico Ocaña, traductor de Tango Berlín

Marginalia

bottom of page